viernes, 8 de septiembre de 2017



LA OBESIDAD EN LOS ADOLESCENTES.

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“El aumento de la obesidad infantil ha puesto la salud de toda una generación en riesgo”                         
                                                                             Tom Vilsack



Tratando de realizar un reportaje para mi escuela, decidí indagar sobre la obesidad en los adolescente, puesto que me llamó mucho la atención; pero, esto me llevó más allá, ya que ahora puedo dar a conocer un tema que es desconocido, y a la vez, melancólico.

La obesidad es una enfermedad crónica tratable, que aparece cuando existe un exceso de grasa en el cuerpo.

Hace un año, en la Clínica De La Policía de Barranquilla, fue internada una paciente con obesidad mórbida. Sus padres se encontraban devastados al no saber qué pasaría con su hija. Le realizaron cierta operación y gracias a Dios todo salió bien.
El pasado 28 de agosto pudimos hablar con Rosalba Narváez, quien es la protagonista de este agobiante suceso.
“Yo soy la gorda, la bulímica, desde casi 13 años me dicen así. Soy esa chica a la que molestan, a la que le ponen apodos.
Yo no nací gorda, así me hice con el tiempo, a consecuencia de comer mucho dulce, chocolate, helados, comida chatarra, Desde muy pequeña no me gustaba más que ese tipo de cosas”- nos dijo Rosalba.

Los expertos en este tema afirman que hay muchas causas implicadas en la aparición del problema. Además de una mala alimentación o la falta de ejercicio físico, también hay factores genéticos y organismos que inducen a la aparición de esta.


¿Son los padres responsables de que sus hijos tenga esta enfermedad?
Muchos médicos opinan que sí.
“Los padres tienen que asumir parte de la responsabilidad y la culpa. Como padres que somos tenemos que dar ejemplo y promover dentro de nuestras familias una alimentación y hábitos saludables.- afirmó el nutricionista Rodolfo Toloza.

“Mis padres eran ignorantes a lo que estaba propensa si seguía comiendo de tal manera, no supieron reeducar mi paladar. Empecé a engordar de manera muy notable desde los 7 años”.- siguió relatando Rosalba.

La obesidad y la sociedad.         
En la sociedad actual se sobrevalora la apariencia y la belleza física. El ser obeso es visto como aquello a lo cual se tiene miedo de llegar a ser. Las personas obesas sufren constantemente de discriminación por parte de una sociedad que tiene un prototipo tanto de hombre como de mujer; debido a esta situación, las personas con esta enfermedad los  humillan y rechazan.

“A partir de los 7 años comenzaron a colocarme muchos sobrenombres. A pesar de todo, tuve una infancia muy grata, ya que era una niña y todo lo tomaba como un juego; pero en la medida que fui creciendo y madurando, me di cuenta que mi cuerpo no era agradable a los ojos de los demás. Desde los 14 años fui sometida a rigurosas dietas, pero eso no me funcionó, ya que a escondida seguía comiendo esas cosas que me hacían daño. No lograba obtener esa fuerza de voluntad que necesitaba para adelgazar. 
A medida que iba pasando el tiempo, el problema ya no solo era mi apariencia física, sino también mi salud. Se presentaron muchos días en los cuales no podía correr, ni siquiera caminar cierta distancia porque me ahogaba, e incluso estando sin hacer nada se me cortaba la respiración. En esos días sentía que me iba a morir, la mayor parte de mi vida la pasaba en una clínica, ya no tenía amigos, ni vida social, entré en una etapa de depresión. – comentó Rosalba.

Muchos médicos comparten la idea de que con dietas, ejercicios, dejando de tener una vida sedentaria, ayuda a bajar de peso, ¿pero, estas recomendaciones también aplican para esas personas que están en un grado de obesidad más avanzada?

“Me sometí a cirugías, para poder sacar grasa de mi cuerpo, las cuales me dejaban por muchos días cansada y adolorida, sin ánimo de nada. Mis padres y yo tuvimos que acceder a realizarme estas riesgosas cirugías, puesto que ni las dietas, ni realizar ejercicios me ayudaban a conseguir el peso que mi doctor me mandaba. Sentía que solo era una carga para mis padres, ya que llegué al extremo de no poder valerme por mi misma, necesitaba que ellos me estuviesen haciendo la mayoría de las cosas. Gracias a Dios, hoy he logrado bajar 20 kilos, no he bajado mucho para lo que necesito, pero por lo menos ahora puedo realizar las cosas yo sola"- expresa alegremente Rosalba.


Cuando se tiene este tipo de enfermedades se está propenso a, no solo sufrir daños físicos, sino también mentales, los cuales se ven reflejados en la autoestima. Es por esto que siempre se tiene que pedir ayuda a tiempo, detectar y aceptar que se tiene esta enfermedad, para poder curarla.