LA OBESIDAD EN LOS
ADOLESCENTES.
“El aumento de la obesidad infantil ha puesto la salud de toda una
generación en riesgo”
Tom
Vilsack
Tratando de realizar un reportaje
para mi escuela, decidí indagar sobre la obesidad en los adolescente, puesto
que me llamó mucho la atención; pero, esto me llevó más allá, ya que ahora
puedo dar a conocer un tema que es desconocido, y a la vez, melancólico.
La obesidad es una enfermedad crónica
tratable, que aparece cuando existe un exceso de grasa en el cuerpo.
Hace un año, en la Clínica De La Policía
de Barranquilla, fue internada una paciente con obesidad mórbida. Sus padres se
encontraban devastados al no saber qué pasaría con su hija. Le realizaron
cierta operación y gracias a Dios todo salió bien.
El pasado 28 de agosto pudimos hablar con Rosalba Narváez, quien es la
protagonista de este agobiante suceso.
“Yo soy la gorda, la bulímica, desde
casi 13 años me dicen así. Soy esa chica a la que molestan, a la que le ponen
apodos.
Yo no nací gorda, así me hice con el
tiempo, a consecuencia de comer mucho dulce, chocolate, helados, comida
chatarra, Desde muy pequeña no me gustaba más que ese tipo de cosas”- nos dijo
Rosalba.
Los expertos en este tema afirman que
hay muchas causas implicadas en la aparición del problema. Además de una mala
alimentación o la falta de ejercicio físico, también hay factores genéticos y
organismos que inducen a la aparición de esta.
¿Son los padres responsables de que
sus hijos tenga esta enfermedad?
Muchos médicos opinan que sí.
“Los padres tienen que asumir parte
de la responsabilidad y la culpa. Como padres que somos tenemos que dar ejemplo
y promover dentro de nuestras familias una alimentación y hábitos saludables.-
afirmó el nutricionista Rodolfo Toloza.
“Mis padres eran ignorantes a lo que
estaba propensa si seguía comiendo de tal manera, no supieron reeducar mi
paladar. Empecé a engordar de manera muy notable desde los 7 años”.- siguió relatando
Rosalba.
La obesidad y la
sociedad.
En la sociedad actual se sobrevalora
la apariencia y la belleza física. El ser obeso es visto como aquello a lo cual
se tiene miedo de llegar a ser. Las personas obesas sufren
constantemente de discriminación por parte de una sociedad que tiene un
prototipo tanto de hombre como de mujer; debido a esta situación, las personas
con esta enfermedad los humillan y
rechazan.
“A partir de los 7 años comenzaron a
colocarme muchos sobrenombres. A pesar de todo, tuve una infancia muy
grata, ya que era una niña y todo lo tomaba como un juego; pero en la medida que
fui creciendo y madurando, me di cuenta que mi cuerpo no era agradable a los
ojos de los demás. Desde los 14 años fui sometida a rigurosas dietas, pero eso
no me funcionó, ya que a escondida seguía comiendo esas cosas que me hacían
daño. No lograba obtener esa fuerza de voluntad que necesitaba para adelgazar.
A medida que iba pasando el tiempo, el problema ya no solo era mi
apariencia física, sino también mi salud. Se presentaron muchos días en los
cuales no podía correr, ni siquiera caminar cierta distancia porque me ahogaba, e incluso estando sin hacer nada se me cortaba la respiración. En esos días
sentía que me iba a morir, la mayor parte de mi vida la pasaba en
una clínica, ya no tenía amigos, ni vida social, entré en una etapa de depresión.
– comentó Rosalba.
Muchos médicos comparten la idea de que
con dietas, ejercicios, dejando de tener una vida sedentaria, ayuda a bajar de
peso, ¿pero, estas recomendaciones también aplican para esas personas que están
en un grado de obesidad más avanzada?
“Me sometí a cirugías, para poder
sacar grasa de mi cuerpo, las cuales me dejaban por muchos días cansada y
adolorida, sin ánimo de nada. Mis padres y yo tuvimos que acceder a realizarme
estas riesgosas cirugías, puesto que ni las dietas, ni realizar ejercicios me
ayudaban a conseguir el peso que mi doctor me mandaba. Sentía que solo era una
carga para mis padres, ya que llegué al extremo de no poder valerme por mi
misma, necesitaba que ellos me estuviesen haciendo la mayoría de las
cosas. Gracias a Dios, hoy he logrado bajar 20 kilos, no he bajado mucho
para lo que necesito, pero por lo menos ahora puedo realizar las cosas yo
sola"- expresa alegremente Rosalba.
Cuando se tiene este tipo de
enfermedades se está propenso a, no solo sufrir daños físicos, sino también
mentales, los cuales se ven reflejados en la autoestima. Es por esto que
siempre se tiene que pedir ayuda a tiempo, detectar y aceptar que se tiene esta
enfermedad, para poder curarla.